Así como el lema de estos frailes de Leire, también mi fiel Zuri y yo mismo, obramos de acuerdo a tal guía.Según pienso, mientras paseamos por este singular y hermoso paisaje de verde, ocre y pálido azul que nos rodea.

Zuri, es un can pero no por ello menos místico que un humano, lo es en lo suyo y a su modo, pues mayor éxtasis no puede nadie encontrar cuando le participo de mi comida y labora además como ninguno, no dejando a medias ninguna de sus funciones caninas y en especial la de acompañarme en paseos, lecturas y meditaciones.

En cuanto a mi, conservo la costumbre de orar antes de dormir, de comer o cuando de súbito me entra la gana o necesidad. Siempre en silencio, por no molestar a quien me acompañe o al propio silencio que en si ya es una oración. En lo de laborar, uno labora más por necesidad que por afecto a tal obrar, quejoso aún de la expulsion bíblica del Edén como penitencia a la pareja de la que formamos lejana rama.

En fin y ya lo dijo Jesús. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Deja un comentario